Cuando estos neoyorquinos debutaron en 2004, su rutilante glam pop los convirtió en estrellas en Europa, y en una bienvenida nueva voz queer en el universo del rock.
Tres discos después, los Sisters están tan alegremente hedonistas como siempre: los ritmos siguen teniendo ese reflejo de bola de espejos, las ceñidas melodías siguen alojándose para siempre en la memoria, y las letras de Jake Shears siguen surcadas por referencias sexuales no-tan-sutiles.
Cada canción remite a otra banda, desde el sonido disco Bee Gees del tema que da título al álbum hasta la paranoia onda Talking Heads de "Running Out".
Pero eso no es razón para odiar esta bienintencionada fiesta.
Por Christian Hoard.
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