Monday, July 12, 2010

Salamanca Rock Día 1.

Con shows de Las Pastillas del Abuelo, Los Cafres y Las Pelotas, comenzó la primera edición del evento en Santiago del Estero.


El festival de La Salamanca es un evento folklórico que se realiza en febrero en La Banda, un pueblo distante a quince minutos en auto del centro de la capital de Santiago del Estero, al que aluden por un par de días las principales figuras de la música autóctona argenta. Pero a partir de ahora (esperemos), hablar de La Salamanca también será hablar de Salamanca Rock, evento que se inauguró en la noche del viernes en el mismo lugar donde se hace su contrapartida de raíz y que movilizó a toda la provincia, el mismo día de la independencia de la patria. 



Entonces, no sorprendía que el clima dentro del predio del Club Sarmiento fuera de novedad absoluta. "El festival de rock en la capital de la chacarera", era el pensamiento que más fluía entre los asistentes (gente joven, pero también familias enteras con sillas de picnic), que pagaron un abono de $ 60 por los dos días ($ 40 si se elegía una sola de las jornadas, un precio accesible para el bolsillo santiagueño). Los medios locales, alborotados por la presencia de figuras que no son visitantes asiduos a la provincia. La Banda, tomando partido una vez más con la capital, acentuando sus diferencias históricas y felices por este acontecimiento de "Rock sin alcohol", toda una novedad para gente que hace del vino un culto (no así para los porteños que tenemos el festival de la cerveza en el que no se vende el destilado del lúpulo y la cebada). Y una "queja" justificada: que la fecha coincidiera con la presencia de Charly García en Tucumán (hace años que Say No More no se da una vuelta por el Norte), hecho que sin dudas le restó público a la primera fecha. 


Y en cuanto a la música, tras la presencia de bandas locales y de los alrededores (recomendables los tucumanos de Valores Reggae), Las Pastillas del Abuelo y un ritual que confirma tener fieles en toda la Argentina; Los Cafres, con un comienzo a puro dub nacional, el carisma escénico de Guillermo Bonetto a pleno y una banda que hace de su sonido ajustado un mejor as; y Las Pelotas. Lo de Daffunchio y compañía merece un análisis aparte: con el ex Piojo Tavo Kupinsky cada vez más afianzado como miembro del grupo, el tándem de tres guitarras (sumando la de Tomás Sussmann) logra un sustain único, que puede mutar entre la psicodelia, el rock más furioso o el reggae con una naturalidad poco frecuente en el rock local. 


El buen humor de Germán y su cada vez afianzado rol como voz cantante ("Basta", "Personalmente") hacen, por momentos, olvidar la figura del inolvidable Alejandro Sokol ("Bombachitas rosas", "Corderos en la noche"). Y para el final, ese torbellino humano llamado Fernando Ruiz Díaz tomó (e hizo suyo) por asalto el escenario para incandescentes tomas de "Shine" y "El ojo blindado". Hoy, la segunda y última jornada, con Catupecu Machu y un combo que, por sus coqueteos con el folklore, juega de local en Santiago: Divididos. 


  
Por Pablo Strozza - Ignacio Arnedo (desde Santiago del Estero).

Fuente: Revista Rolling Stone de Argentina/Fotos: Ignacio Arnedo.

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