Tuesday, June 22, 2010

CRÍTICA

Ezequiel Cutaia: Solitaria felicidad.


Ezequiel Cutaia compuso este disco cuando el sueño se convierte en vigilia. Las referencias a los días que se van, el amanecer, los sueños, los despertares y las puertas del tiempo así lo indican. En su primer experimento solista, Cutaia (hijo de Carlos, tecladista de La Máquina de Hacer Pájaros) parece aceptar que la "solitaria felicidad" no es la dulce condena del músico: feliz de estar en la música, solitario al fin en ese espacio evanescente que generan las vibraciones. 

Desde la calma, Cutaia logra un disco enigmático, de canciones abstractas, murmullos bluseros, sutilezas rockeras y ambientes psicodélicos que recuerdan el lado oriental, espiritual y colgado de George Harrison. Abstraído, Cutaia se concentra en ver cómo salen palomas de los bolsillos ajenos y armonías, melodías y canciones de los instrumentos que le caen en sus propias manos: contrabajo, theremin, cello, acordeón, teclados, melódica, cajón, percusiones. 

Todo está, como en una cazuela, en algún lugar, buscando recordarnos el viejo secreto: la felicidad se encuentra a solas.

Por Santiago Rial Ungaro

Fuente: Revista Rolling Stone de Argentina.

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