DANIEL TOGNETTI

“Cuatro Cabezas me tiró a matar”.

Le ganó un juicio por un millón de pesos a Pergolini y debutó en un renovado Duro de domar. Política, farándula y el estigma del caso Ferriols. Qué dice el conductor millonario. 

Ganador. Daniel Tognetti en el estudio del renovado Duro de domar.

Daniel Tognetti se acomoda el pelo y pregunta cuáles zapatillas le combinarán mejor con el pantalón negro y el saco oscuro. Se prepara con un cuidado distante. Inquieto, da vueltas por su camarín que parece diminuto cuando se lo compara con su altura interminable. Está a pocos minutos de entrar al set de Duro de domar. La marca registrada vuelve por Canal 9, y esta vez con la conducción del periodista. “Estoy con mucha expectativa, muy contento. Pero con muchos nervios”, dispara.

–¿Qué tuvo Duro de domar para tentarlo?

–Porque un programa de estas características, en las condiciones que está la televisión actual, es un lugar donde se podrán decir cosas. Porque tengo una mirada sobre la llamada colonia artística y la farándula, más como una comedia que algo en serio. Yo tengo una mirada de la cultura popular y masiva, positiva. A mí siempre me gustó acercarme al fútbol, a la cumbia, a los fenómenos populares. Hay una falsa percepción de la intelectualidad sobre la cultura de masas. Yo no creo en la cultura alta y la cultura baja. Tendremos una mirada crítica de los medios y acerca de las cosas que están pasando en este país, que me parece interesante. Me parece que desde este programa van a poder decirse muchas cosas, y a mí me permite volver a tocar una tecla de humor, que es con lo que empecé en CQC. Además, trabajo con gente que aprecio. A Diego (Gvirtz) lo conozco hace muchos años, al Chavo también. Es un amigo, y no lo digo de una forma liviana. Hablamos de cosas personales.

–Entonces pretende ser un Duro... reciclado.

–Yo creo que sí. Va a ser un poco más periodístico. La anterior versión fue con Fabio Alberti, que es un cómico extraordinario; antes estuvo un gran animador, Roberto Pettinato, que fue el que le dio el mejor momento al programa. Yo lo digo con humildad, pero ahora tendrá mi impronta. Hablaremos del terremoto en Chile, por ejemplo. Cómo los medios han tratado ese tema. Los saqueos, cómo la propiedad privada está por encima de la catástrofe...

–Hablaba de sus comienzos en CQC, y le acaba de ganar un juicio millonario a Pergolini.

–Sí, le gané un juicio que duró muchos años, que Cuarto Cabezas intentó dilatar constantemente. Trataron de demorar la posibilidad de que se hiciera justicia. Ellos tuvieron un destrato muy grande conmigo, tuvieron un comportamiento muy corporativo.

–¿Qué le hicieron?

–Trataron de evitar que yo pudiera volver a trabajar. De hecho, fijate que yo el juicio se lo inicio dos años después de irme del programa. Yo buscaba un acuerdo constantemente, que ellos se hicieran responsables de todos los juicios que me habían iniciado. Ellos ni siquiera me contestaron el teléfono y yo durante dos años no hice nada. Yo siempre intenté la conciliación. Pero ellos me tiraron a matar. Hay que avisarle a Pergolini que: a) hay una justicia, y b) perdieron. Ellos no están acostumbrados a que nadie se les enfrente. La psicología de ellos no está preparada para perder. Alguien se les enfrentó que fui yo, y perdieron. Esto sienta un precedente muy grande para los empresarios. Y yo quiero decirte que después trabajé con Tinelli, con Hadad dos veces, en Canal 9, con Grinbank, en el 13 con Andy Kuznetsoff, con Endemol, y de todos los lugares me fui bien. Ellos me quieren colgar a mí el cartel de problemático. Pero los problemáticos son ellos. Me quisieron hacer cargo de todo el caso Ferriols (N. de la R.: cámara oculta al ex marido de Beatriz Salomón). Yo fui el único que se negaba a pasarlo. ¿Preguntales a Salomón y Ferriols qué piensan de mí? ¿Por qué Ferriols me sacó de la causa? Todo lo que hicieron con ese programa, ese mamarracho, es una vergüenza. Y fui el único que pidió disculpas públicamente.

–¿Sabe que le espera una afrenta permanente, no?

–Todo eso habla muy mal de él. Mario me produce una enorme pena ya. Habla del deterioro personal que está teniendo. Es una persona que dice que no tiene amigos, y una persona que tiene tanto odio me produce una enorme pena. Lo que dijo habla más de él que de mí. 

Por Florencia Canale.

Fuente: Revista Veintitrés