Sunday, October 3, 2010

Una voz que responde al pulso del castellano

Sólo un momento, el cuarto disco solista de Vicentico.

Vicentico, el miércoles, en la presentación del álbum. 

Esta vez, fuera del estudio, fuera de las canciones, quedaron trompetas y saxos, tumbadoras y congas. Así, en Sólo un momento, cuarto disco solista de Vicentico, la formación musical se comprimió para dejar que los temas muestren su musicalidad al desnudo. 

Hace tiempo que Vicentico indaga en los ritmos populares latinos. Tanto casi como su tiempo de músico profesional, porque ya con los Fabulosos Cadillacs, la banda que saltaba de isla británica a isla jamaiquina al ritmo del ska, había lugar para otros ritmos. 

Pero en sus tres discos solistas, la impronta rítmica y negra de los bronces y percusiones lo habían hecho navegar por aguas más caribeñas, aquellas en las que la tradición europea se encontraba con los instrumentos y los ritmos de la América negra. 

Pero Vicentico no es un antropólogo musical. Su curiosidad, su búsqueda, no parece pasar por desentrañar géneros y rastrear orígenes. 

En todo caso, su camino tiene la marca del lenguaje, de la lengua madre, y su característico estilo de voz quebrada parece llevarse perfecto con el idioma del barroco, y su cuidado por la palabra, por la palabra cantada, marca el puso, escande, nuestro tan pasional castellano. 

lo un momento entonces se aleja del rock en el sentido limitado del género, indaga en el sonido beat del Club del Clan (y se suma a este extraño rescate de Palito Ortega con su versión del bolerazo "Sabor a nada"); retoma cierto aire español, de copla española, en "Escondido"; permite descubrir, en el fondo de "Morir a tu lado", el amado ska, y hace pensar que "Luca", otro homenaje, podría haber competido en los tiempos de gloria del Festival de San Remo. 

Si alguien supusiera, antes de escucharlas, que se trata de canciones "llevaderas", hay que agregar que la nostalgia y el desgarro que predominan en las letras forman un perfecto equilibrio con la liviandad casi inherente del pop. 

Porque aquí y allá se instala e insiste el tema del final, de la muerte (quizás aquella de Toto Rotlbat, que marcó el regreso de Los Cadillacs; quizás ese mismo regreso que, como en tiempo récord, reprodujo el ciclo de la historia, de la euforia a la necesidad del camino solitario). 

"Salgo de mi casa acompañado de la muerte", canta en "Cobarde", y los guiños oscuros siguen en "el reloj que marca el tiempo final" ("El pacto") o en esa "nota final" que suena en "El rey del rock and roll", suma de melancolías, con su hijo Florián en guitarra. 

Acorde con el clima intimista del disco, Vicentico lo presentará con su banda (que no es la del estudio) en un ciclo en Samsung, que comienza este viernes. 

Por Adriana Franco 

Fuente: LaNacion.Com
Foto: Archivo

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