Tuesday, October 5, 2010

Rockero profesional

Bon Jovi en River El domingo, la banda demostró que en 25 años aprendió a mover las masas con oficio y entrega.  


Por unos segundos, Jon Bon Jovi se aparta del micrófono, inclina su cuerpo, y su rostro -ojos bien abiertos, sonrisa de dentífrico y peinado prolijamente desprolijo- se replica en las tres pantallas de excelente definición que ponen al ex chico de Nueva Jersey al alcance del público femenino, que el domingo en River, ganó por goleada. Y que le devuelve un grito de histeria que, a esta altura, se sabe más parte del juego que propone el artista que reales intenciones de mandar la familia al demonio para irse con el príncipe azul, que, de inmediato, se descongela y vuelve a cantar.

Entonces, vuelve a poner en claro que hace rato que al artista le ganó al poster, y que la banda que lo acompaña no se pasó 25 años llenando estadios de todo el mundo en vano.

Por eso, en el contraste de atributos, la honestidad, generosidad e impecabilidad que exhibe Bon Jovi -la banda- reducen a la marginalidad su previsibilidad, moderación y complacencia.

"La gente va a ir a escuchar los temas que conocen", Bon Jovi -el cantante- le dijo a Clarín un par de semanas atrás, con pleno conocimiento del oficio.

En consecuencia, el quinteto formado por Jon, Richie Sambora, Tico Torres, David Bryan y Hugh McDonald, más Bobby Bandiera en guitarra, se despacharon con 180 minutos durante los cuales apenas un par de temas de su último CD -We Weren’t Born To Follow y Superman Tonight-, y algún hermano menor de los Top Ten, como Captain Crash & The Beauty Queen From Mars y Who Says You Can’t Go Home rompieron la hegemonía de los éxitos.

Fuera de esas excepciones, desde los primeros riffs de Blood on Blood hasta el final no anunciado de una larga noche, con Bed Of Roses, el repertorio saltó de hit en hit, y convirtió el estadio en un karaoke gigante, con un maestro de ceremonias que entiende a la perfección los códigos de la comunicación que se establece entre el escenario y el más allá.

"Tenemos para tres horas de show, y no me gustaría ver morir aquí a esa linda chica. Así que, por favor, den un par de pasos hacia atrás." El pedido desata una nueva ovación. Más no se le puede pedir.

Es lindo, canta bien, y encima te cuida.

Junto a él, compartiendo el centro de la escena en varios pasajes de la velada, un Sambora que, como Tico en la batería, transita con sus guitarras nacaradas, con las de doble mango y con la talk box todos los yeites y lugares comunes de su instrumento, y que sale airoso de la obviedad, por oficio y autenticidad. Más atrás, la usina de colchones sonoros de Bryan y el aporte para nada menor de Bandiera.

Con la trilogía Slippery When Wet, New Jersey y Keep The Faith como eje, la lista tuvo en You Give Love A Bad Name, Born To Be My Baby, It’s My Life, Bad Medicine, Raise Your Hands, Always, I´ll Be There For You, Runaway, Sleep When I’m Dead -con intermedio de Rockin’ All Over The World
-, Keep The Faith, Wanted Dead Or Alive y Livin´On A Prayer una continuidad que dejó al descubierto que, después de cinco lustros, Bon Jovi -la banda y el cantante- derrochan salud y frescura. 


Fuente: Clarin.Com
Foto: Roberto Ruiz

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