Friday, November 5, 2010

La chica de la tapa

Una inglesa le gana un juicio a la industria porno.

La chica inglesa en la tapa del video (derecha). La compañía cambió la foto por otra señorita (izquierda).

Publicar fotos propias en la red puede fomentar el intercambio, elevar el ego o correr ciertos riesgos importantes. Lara Jade Coton es un ejemplo de cómo la abusiva usurpación de imágenes puede jaquear la dignidad de muchos incautos. Esta joven fotógrafa de Tamworth, una localidad al oeste de Inglaterra, le sintió el gusto al hobby cuando tomó la cámara de su padre sin saber que su futuro laboral iba a depararle sorpresas. Hoy, la noticia de su pleito judicial está presente en casi todos los medios del mundo: acaba de ganarle una demanda a una productora de películas estadounidense. A la edad de catorce años y mientras practicaba, pegó una foto suya muy producida y artística a la página Devian.art. Hasta allí, el comportamiento de una adolescente de lo más corriente. Pero ocurrió que al otro lado del Atlántico, un empresario inescrupuloso se apoderó de la bella imagen y la reprodujo por miles en la tapa de un video pornográfico y sin pedirle autorización. Se trata de Robert “Bob” Burge, presidente de TVX Films, con sede en Texas.

Lara se enteró del robo tres años después cuando alguien le acercó la portada del video Body Magic. No es que la foto la muestre en alguna pose sugestiva, todo lo contrario. Hay mucho color negro en un vestido que le cubre hasta los hombros y una pretendida sensualidad que intentó rematar con una galera oscura. Enojada y shockeada, Coton aseguró: “Uno no espera que su propia imagen posteada sea tomada para un fin como ese. Mi familia estuvo indignada desde el principio y yo asustada, sobre todo por la reacción que podían tener mis allegados”.


Tras el descubrimiento se puso a investigar por su cuenta. Le escribió a la distribuidora, una conocida revista americana que deslindó responsabilidades. El paso siguiente fue una serie de misivas electrónicas cruzadas con los responsables del plagio.


Las respuestas de los texanos no eran esquivas, pero sí burlonas y descorteses. Dijeron que no robaban fotos, que el retrato en cuestión había sido adquirido por otros canales. En una segunda respuesta reconocieron implícitamente el robo y aseguraron que dejarían de vender las películas hasta conseguir otra modelo, ya que su retrato era perjudicial para las ventas. Fueron más allá: la trataron como a una embustera más que sube fotos para demandar y sacar dinero. “¿Quieres una compensación? Eres una imbécil”, le contestaron.


Lara se cansó. A causa de su corta edad utilizó los medios para hacer pública su denuncia. Después, su reclamo pasó a las manos de un abogado con bufete en el estado de la Florida, en Estados Unidos. La batalla duró tres años y el video porno continuaba comercializándose, sólo que con una señorita acorde con la industria en la portada. Coton esperó, mientras su carrera se disparaba: obtuvo trabajos para joyerías, material promocional, ropa y tapas de discos.


La Corte Suprema de Tampa fue implacable cuando tuvo que administrar justicia. Culpó a la empresa por daños y perjuicios, infracciones a los derechos de autor, apropiación indebida de imagen y daños a la reputación de la damnificada. Además, calificaron la conducta de Burge como inmoral y tortuosa. El caso de la fotógrafa puede sentar un nuevo precedente. A los 21 años recibirá una indemnización de 82 mil libras, un equivalente a la nada despreciable cifra de 132 mil dólares. 

 
Fuentes: Revista Veintitrés/ElArgentino.Com 
Foto. Archivo.

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