Sunday, November 14, 2010

El Indio Solari convirtió a Tandil en una ciudad de fanáticos ricoteros



Hasta la réplica de la piedra movediza de Tandil debe haber bailado anoche con el recital del Indio Solari en el hipódromo local, que para sorpresa de todos comenzó con “Jugo de tomates fríos”, aquella canción de Manal. 

La misa pagana que tiene al cantante como ícono y referente ideológico-espiritual, una vez más, dejó extasiadas a unas 80 mil almas ricoteras que terminaron la noche a puro pogo con el clásico “Jí, jí,jí”.

Recorrieron kilómetros de rutas para asistir al único show del artista en 2010. Y después de atravesar regiones de campos sembrados y otras de pastizales, tuvieron premio. 


Una costumbre que se remonta a los tiempos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, la banda que logró que estas peregrinaciones se conviertan en una metáfora de libertad para sus fieles.

El grueso del público llegó a primera hora del sábado, pero los tandilenses se acostumbraron desde el jueves a una postal poco común: chicas y chicos caminando por las calles con la remera del ídolo. 


Muchos de los visitantes acamparon en las afueras del predio, en la plaza frente a la terminal de micros o en las afueras de la ciudad. 


Las 7 mil camas de la plaza hotelera fueron reservadas con anticipación y ya no quedaba nada disponible desde hacía dos meses. 


Los cinco campings de los alrededores se vieron desbordados. Y lo mismo sucedió con las casas inscriptas en un registro inmobiliario habilitado para la ocasión: todas fueron alquiladas, aunque costaran de 400 a 600 pesos la noche. 

Hasta localidades vecinas –Olavarría, Azul y Balcarce– quedaron al borde de su capacidad. Semejante fenómeno duplicó a la cantidad de gente que visita la zona en Semana Santa, uno de los momentos del año con mayor afluencia de turistas. 

El paisaje serrano amaneció entonces “sitiado” por las huestes ricoteras, que multiplicaron el nivel de venta de los comercios locales. 

Algunos vecinos aprovecharon la ocasión para improvisar parrillas y vender choripanes y cerveza. 


El Hipódromo abrió a las 15.30. A las 21, la enorme planicie coronada por el escenario ya lucía colmada. 


Con pantallas de alta definición y un sistema de amplificación que duplicó el volumen de su anterior excursión tandilense, en julio de 2008, Solari repasó los temas de sus dos discos solistas, “El tesoro de los inocentes” y “Porco Rex”. 

Y, apoyado en la contundencia y la sapiencia de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, también le sacó lustre a clásicos ricoteros, que dejaron a “las bandas” en las mismas puertas de un nuevo cielo.

Fotos: Archivo.

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