Friday, April 30, 2010

HOT TRACKS

Esto es droga (para niños)

"El chico tenía más miedo del jardín oscuro que de ninguna otra cosa en el mundo. Ya al atardecer le aterraba, pero cuando cerraba la noche y los árboles hablaban por su cuenta, el jardín era demasiado atroz para pensar incluso en él." - Dylan Thomas. 


La culpa siempre es de los padres. El momento anual en el que se hace necesario mirar para atrás, recorrer el camino inverso y descubrir el origen de todos los traumas termina, siempre, llegando a la misma conclusión. Aunque bienintencionados, sus actos son los provocadores de la mayor parte de nuestras psicopatologías, de nuestros tares y obsesiones; lo que nuestros viejos nos hacen consumir durante la infancia, durante esos años definitorios de la personalidad, nos marca para toda la reverenda existencia. Y no hay con qué darle. 

No puedo, en este sentido, dejar de preguntarme en qué cornos estaba pensando mi queridísima madre cuando nos ponía (a mi hermana y a mí, pero ella la sacó bastante más barata) una y otra vez el VHS de Laberinto (1986).  Una y otra vez. Los que la vieron entenderán el por qué de mi cuestionamiento. O sea: Laberinto no sólo es una historia fantástica bastante perturbadora sino DAVID BOWIE EN CALZAS como Jareth, el Rey de los Gnomos; Hoggle, un enano horroroso y fetichista; Jennifer Connelly en su primer y peor interpretación (ahora lo noto); manos que se unen formando rostros tenebrosos; un grupo de pajarracos naranjas (The Wild Gang) que se descuartizan a sí mismos en un baile lunático; paredes y puertas que hablan y más. O sea: ahora entiendo todo. Más allá del lime psíquico que haya podido generarme y de que claramente Bowie representó el origen de mi libido (¡ese bulto era insoslayable, señores!), Laberinto inevitablemente también marcó el soundtrack de mi infancia. Y me determinó a sentir la necesidad de escuchar esa voz por siempre jamás.

La banda de sonido, aunque incidental por momentos y muy infantil por otros, incluye estos dos temazos: "Underground" (himno de beats ochentosos, solo de saxo y estribillo con arreglos gospel) y "Magic Dance" (con coro de gnomos y toda la ochentosidad hecha teclado). 

Escuchen.



Y muerte a La historia sin fin.



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Autor: Yamila Trautman

Publicado en el Blog HOT TRACKS: El Tema Nuestro De Cada Día. 
Fuente: Revista Rolling Stone de Argentina.

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