Saturday, November 28, 2009

30 RAZONES PARTE 1

Para mirar TV: Del Puestos N° 30 al 21

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

Puesto 30: Calles salvajes - América TV


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

Florencia Caro tiene una misión: mostrar lo que Dios le dio en cada uno de los informes que hace para Calles salvajes, el "reality periodístico" de El Galeón (la productora de Graña) que va por América. Los taringueros arden con las capturas de pantalla de las notas de Flor, que si va a entrevistar a un grupo nudista se quita la ropa; si va a un sex-shop, prueba lo de la vitrina y cuando la mandan a hacer una cámara testigo como playera en una estación de servicio, se pone las calzas y pide por orden de llegada que le enseñen a llenar el tanque. ¿Periodismo gonzo?




Puesto 29: V Invasión extraterrestre


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

La miniserie de ciencia-ficción clásica de los 80 y sus aliens ladrones de agua y comedores de roedores generaron un devoto culto de seguidores. En este reinicio, los Visitantes son incluso más sexies y siniestros, con naves espaciales más grandes y polleras más cortas. Morena Baccarin es una malévola provocadora en la piel de Anna, la líder de los Visitantes que llega con un mensaje de paz, escondiendo sus malvados planes detrás de esa apariencia glam. Rápidamente, se enreda en un flirteo con el periodista de televisión Chad Decker, interpretado por Scott Wolf de Party of Five en plan puro canalla corrupto. El paralelo con el 9/11 está puesto de manera un poco gruesa, pero las escenas guerra-de-los-mundos están hechas con destreza. Aunque no fuera más que por eso, V demuestra que hay un espíritu divino en el universo que responde las plegarias de los solitarios chicos fanáticos de la ciencia-ficción. O quizá sólo sea que hay chicos fanáticos que crecen y vuelven realidad esas plegarias.


Puesto 28: It's Always Sunny In Philadelphia


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

A It's Always Sunny In Philadelphia le gusta llevar el chiste un poco demasiado lejos. En el episodio "The Gang" -el padre Frank, los chicos Sweet Dee y Dennis, y los amigos Charlie y Mac-, se hacen adictos al crack para poder solicitar el seguro de desempleo. En otro, Charlie finge tener cáncer y usa su enfermedad para manipular a una chica. Sunny se ha ganado unos seguidores tan fanáticos que es la primera sitcom norteamericana en la historia en haber inspirado una gira en vivo con entradas agotadas. Comenzó en abril, cuando el elenco hizo una performance en vivo de un episodio llamado "The Nightman Cometh" -un musical- en un club nocturno en West Hollywood. Llegaron cientos de fans, de punta en blanco vestidos como el superhéroe con protector inguinal del programa y cantando a grito pelado la canción principal. "Cuando estás en la televisión, estás muy protegido por tus fans", dice Rob McElhenney (Mac), que creó el programa junto a sus coprotagonistas Glenn Howerton (Dennis) y Charlie Day (Charlie). "Enterarse de que tanta gente comparte nuestro sentido del humor fue un shock". Ahora los fans de seis afortunadas ciudades de los Estados Unidos pueden ver a Danny De-Vito (Frank) vestido de troll, cantando sobre violar a un nene. "Es un sueño hecho realidad", dice DeVito. "Hace años, cuando estaba haciendo Taxi, había una huelga de actores, y mientras esperábamos que se resolviera, dije: «¿Por qué no hacemos un episodio en teatro?». Además, soy italiano: me tenés que pedir por favor que no cante".



Puesto 27: Into the Pride - Animal Planet


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

Dave Salmoni, un "experto en grandes predadores" se pasa seis meses viviendo con una manada de "leones problemáticos" en Namibia intentando cambiar su comportamiento. Los riesgos son altos: si no dejan de matar vacas y acosar humanos, van a ser sacrificados.


Puesto 26: Defensores de ballenas - Animal Planet


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

Paul Watson y su banda de voluntarios frustran los planes de balleneros japoneses. Una de sus tácticas: arrojar ácido butírico, empapando la carne con un líquido apestoso. Watson dice que han reducido la cosecha de ballenas a la mitad. 


Puesto 25: Raging Planet - Discovery


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

La cadena emblema del género se enfrenta a las fuerzas destructivas de la Tierra en una serie de especiales de dos horas en alta definición que te hacen sentir la ceniza volcánica y las avalanchas de barro. La Pachamama contraataca. 


Puesto 24: The Office - I Sat


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

Atención, idiotas: Ed Helms sabe quiénes son. Sabe dónde compran sus pantalones de colores vivos y los escuchó diciendo el nombre de su universidad privada, y más aun, está anotando todo, captando todas sus debilidades y transformándolas en Andy Bernard, el graduado de Cornell amante del frisbee-golf que interpreta en la versión norteamericana de The Office. "Andy es una mezcla de todos los nabos con los que tuve que lidiar en mi vida", dice Helms. "Es el chico de fraternidad, el nerd a capella, el pistola de yacht club de Connecticut, sólo que no le va muy bien en ninguno de esos roles". No le cuenten esto a las docenas de grupos de Facebook dedicados al Nard-Dog, incluyendo "Voy a Cornell por Andy Bernard" y "¡Cuando Andy Bernard canta en The Office, me calienta un poco!". Es fácil entender por qué la gente siente un cariño real: el tipo se muere por caer bien. Todo lo que Andy hace y que genera que sus colegas lo quieran apuñalar con una birome -como hacer los coros de una canción de las Indigo Girls, o pasar haciendo moonwalk por contaduría- nace de un sincero intento de hacer amigos. "Lo que más envidio de Andy es que tiene muchas ganas de darle todo de sí a alguien", dice Helms. "En mi vida, pienso todo demasiado, soy un poco neurótico con las relaciones". Para el propio Helms -que se reconoce a sí mismo como un "tímido performer", que cantó a capella en un grupo en la universidad y que hace años que toca el banjo-, la insensatez de Andy es terapéutica. "Exorcizo todas mis inseguridades a través de él", confiesa. "Seguramente hay mucho más de mí en Andy de lo que me gustaría admitir. Incluso me gusta esa manera en que se viste, ese estilo sangre azul- de-bajo-presupuesto". 


Puesto 23: Mamá Cora




Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

La danza de los planetas, el divorcio de Madonna o el desagüe de los inodoros en los aviones. Nada escapa al radar senil e inspirado de Ana María de los Dolores Buscarolli de Musicardi, más conocida como Mamá Cora, el viejo personaje de Antonio Gasalla que parece haber encontrado una merecida jubilación de privilegio en el sillón de Susana Giménez. No vamos a descubrir acá el talento de Gasalla para disecar los gestos populares en criaturas que viven más allá de él, pero esta sección ya clásica del show de la platinada siempre se reserva alguna revelación guionada o involuntaria, como Susana diciendo que "tal vez en la Luna haya dos soles" o confesando alegremente, porque la conversa se lo pide, que no guarda ni un peso de sus ahorros en el país. A veces cuesta decidir quién está más quemada, si Cora o Susana (aunque la bancamos como actriz de comedia en los sketches esos que hace). Pero la imagen y la verba de la Abuela, con su mañanita y la bolsa de las compras, son una bendición dominical para una televisión de aire con síntomas de apnea. 


Puesto 22: El duro


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

¿Cuál es el programa de televisión más programado? Sí, es El duro. Según la consultora Nielsen, el clásico trash de 1989 con Patrick Swayze (q.e.p.d.) como el patovica de bar que redefine el arte de patearles la cara a los giles, se pasó cuarenta y cinco veces el año pasado en Estados Unidos (A&E, AMC y CMT; en Argentina no nos quedamos atrás). Siempre lo dan en algún lado, y si bien puede que no sea tu primera elección como la gran épica cinematográfica, cuantas más borracheras nocturnas de tequila te pases viéndola, más virtudes le vas a encontrar. Es como Kung Fu, con Swayze como el licenciado en filosofía de la NYU que deambuló hasta encontrar su vocación sagrada pateando traseros y tirando proverbios como "el dolor no duele". En la piel del Double Deuce, lidera un elenco de personajes que son un microcosmos maldito de cultura televisiva: el luchador profesional Terry Funk, el dios del punk-rock John Doe, el lacayo de Elvis Red West, la leyenda del cine indie Ben Gazzara, y el narrador de Lebowski Sam Elliott como el mentor de Swayze. La omnipresencia de El duro (título original: Road House) es testigo de la gloria de la televisión, un lugar donde todo y cualquier cosa puede encontrarse en todo momento, donde la eterna repetición de programas basura alimentan la gran cadena de la existencia, donde nunca estás más lejos que a unos cuantos clicks de la presencia reconfortante y patotera del sensei Swayze. 


Puesto 21: Los detectores de mentira humanos


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

¿Qué pasó con los policías en la televisión? En otra época, era suficiente con que hablaras duro y persiguieras delincuentes. Ahora, tenés que ser una especie de genio loco con una asombrosa habilidad para detectar mentiras a simple vista. Luego de ocho años de ser engañados por sus más altas autoridades, el pueblo norteamericano aparentemente anhela alguien que pueda neutralizar las mentiras. Entonces, ¿cómo lo logran estos súper policías? 

Fuente: Rolling Stone Argentina... Gracias Totales a ellos por el aporte. CGCRecordingSA®

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