Saturday, November 28, 2009

30 RAZONES PARTE 3

Para mirar TV: Del Puesto N° 10 al 1

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.


Puesto 10: La loca de mierda MTV

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.
En estas páginas hablamos de Malena Pichot, más conocida como "la loca de mierda", cuando era una perdedora hermosa en el hormiguero de YouTube. Ahora se la ve de a chispazos en la pantalla de MTV, con llamadores que convocan a seguir sus desventuras existenciales en la versión online del canal. "Las promos las empezaron a pasar un viernes y, esa noche, cuando salí con mis amigas, la gente ya me reconocía en la calle", dice con naturalidad Malena, una antiheroína de Puan y ex correctora editorial que hoy vive su microboom post-blogger. Los miércoles de stand-up en La Plaza, los findes en la ruta, dos videos por semana en mtvla.com y una vida cotidiana como narradora de patologías y derrotas sentimentales. "Obviamente, La loca de mierda tiene su propia lógica, y ya dejó de ser autobiográfica", nos tranquiliza la pequeña Pichot. "A la loca no le conviene tener fans. A la loca le tiene que ir mal".

Puesto 9: Gonzalo Heredia en Valientes


Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.
Desafiando los límites, borroneando la delgada línea que separa la realidad de la ficción, Gonzalo Heredia, miembro del "Triunvirato de la Facha" que protagoniza Valientes (junto con Mariano Martínez y Luciano Castro), se define: "Soy una parodia de mí mismo". Se refiere a su personaje en la tira, Enzo, ese mecánico recio e "ignorante que peca de soberbio" y define también su pasado en el taller de autos que su padre tenía en Munro y en el que sólo podía mirar ("no sé hacer nada: una vez puse líquido de frenos en un carburador"). A pesar del innegable y arrasador efecto que su sola presencia en la pantalla chica tiene sobre las mujeres, Gonzalo reniega de la teoría de que el éxito de Valientes se deba a su consagración como el último gran galán chongo. "Los hombres y los niños nos siguen con gran fanatismo. Cuando empecé, esperaba que me gritaran «puto» por la calle, pero no sucedió". Y es que si tenés 27 años, diez de carrera actoral y encima salís con Cecilia Roth, no te pueden gritar "¡puto!". De todas maneras, él no se la cree y es consciente de lo efímero de la fama: "Hoy somos nosotros tres; mañana".

Puesto 8: El hombre del parche

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Si haciendo zapping te cruzás con el hombre del parche en el ojo, deberías mostrar respeto: Walter Martínez, ex aviador de combate y galardonado corresponsal de guerra, tiene, desde el chavista Telesur, el mejor panorama de política internacional fuera del radar de la CNN . 

Puesto 7: El manicomio victoriano de House

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Ya no se ven en televisión sanatorios del Viejo Mundo como éstos, con toda esa atmósfera de casa embrujada. El mejor lugar para que el Dr. House recupere su filoso sarcasmo.

Puesto 6: Gente común en primer plano

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En canal Encuentro, el micro 6 mil millones de otros -dirigido por el fotógrafo Yann Arthus-Bertrand- va de lunes a viernes a las 17.30: en plano-pecho, gente de todas partes del mundo define palabras / tópicos como "amor", "familia" o "muerte".



Puesto 5: El nuevo villano de Heroes

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.
Robert Knepper, el mugriento canalla de Prison Break, se une al elenco como un gurú a lo David Koresh. Cuando dice con voz rasposa: "Nos van a aceptar. ¡o nos van a temer!", de repente, Sylar ya no parece tan malo.

Puesto 4: Tortonese pasa revista

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Es una idea vieja como el chisme, pero nadie domina el malicioso arte del corrillo peluqueril como Tortonese, quien convirtió su "pasando revista" (RSM) en uno de los clásicos televisivos de la década: espontáneo, barato y justiciero con la siempre entregada farándula argentina. 
 
Puesto 3: Las mucamas al poder

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.

Fa, qué trabajo el de la mucama de serie de televisión. Dorota es el ama de llaves de Blair Waldorf en Gossip Girl, y le sirve fiel y amablemente no importa cuán mal ella la trate. Interpretada por Susana Szadkowski, algo oculta Dorota en su rol de sumisa señora de la limpieza vestida de rigor con uniforme negro y blanco. Es más inteligente que Alice de The Brady Bunch y da más miedo que la Señora Garrett de Blanco y negro. Putea a la dueña de casa en polaco cuando todos se descuidan y sus fans ya han incorporado su respuesta automática de tono gutural y fatídico: "Yes, Miss Blair". Nada que ver con Rosa, la empleada doméstica de Tratame bien (lo mejor de la ficción de aire 2009) que Mónica Cabrera (la peluquera italiana de El abrazo partido; El hijo de la novia) ejecuta magistralmente. Rosa trabaja para una familia de clase media, una raza ya en extinción que se chupa la neurosis de la casa y construye su propia familia como un apéndice del señor (Julio Chávez) y la señora (Cecilia Roth). Taciturna y caracúlica, se caracteriza por estar siempre en el medio, y en cada capítulo Chávez se encarga de ponerla en su lugar: "Rosa, la aspiradora. ¡Rosaaaa!". 

Puesto 2: Curb... reune a los Seinfeld

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.
Para el mundo de las series y la televisión global, no hay terremoto mayor en este 2009 que la reunión del elenco de Seinfeld en la nueva temporada de Curb Your Enthusiasm, el falso reality de Larry David -cocreador de Seinfeld- que acá se ve por HBO. Si bien Jerry, Jason Alexander y Julia Louis-Dreyfus ya habían hecho cameos en la serie, ésta fue la primera vez que aparecieron junto a Michael Richards (el inmortal Kramer) en un programa de televisión guionado desde que terminó Seinfeld en 1998. En palabras de Jerry, esta reaparición terminó dándole "un nuevo final" a una de las series más entrañables y exitosas de todos los tiempos. Lo brillante de Curb siempre fue la manera en que Larry David toma elementos clave de Seinfeld -las vergonzosas humillaciones de su álter ego George Costanza- y las amplifica a niveles operísticos de agonía adulta. David sufre las penurias de una vanidad herida en una escala tan grande que hace que las repeticiones de episodios viejos de Seinfeld resulten casi reconfortantes en comparación. "La comedia americana está basada en la premisa de que la mayoría de la gente quiere caer bien, yo incluido", dice Jay Leno, fan de la primera hora. "La de Larry no, y eso es lo que la hace divertida". En una movida típica de Curb, las estrellas de Seinfeld hacen de sí mismas como actores ensayando -¿qué otra cosa si no?- una reunión de Seinfeld. Ver a Larry y a Jerry juntos se siente como estar escuchando a escondidas a dos cascarrabias cenando mientras comen sus bagels y los untan con queso. Las mejores escenas muestran a David intentando persuadir a cada actor de que se anote en la reunión, aunque él mismo admite que movidas como ésa son "muy patéticas, nunca funcionan". 

Puesto 1: La felicidad subversiva de Peter Capusotto

Más allá de que haya momentos en los que da vergüenza ajena, la tele sigue dando motivos para mantenerla encendida. RS elige 30 instantes televisivos imperdibles.
"En un punto, Violencia Rivas es la tia que todos quisieramos tener", dice Diego Capusotto y nosotros decimos ¡sí señor! La aparición rutilante de la última temporada de Peter Capusotto y sus videos brotó de la misma cantera temporal de Bombita Rodríguez. La cantante que prefiguró el punk desde La barra de la nueva ola y hoy, borracha y loca en su depto, donde convive con mascotas e hijas licenciadas en humanidades (a las que detesta por haber pactado con el sistema), denuncia a los gritos los males de la sociedad capitalista. Esa mujer que nos da tanta risa está diciendo más de una verdad por nosotros. "Creo que este año el programa estuvo más filoso", acuerda Capusotto. "Hicimos mucho trabajo de demolición. En definitiva, el programa es nuestra forma de luchar contra la hipocresía que nos rodea. Y Violencia dice muchas de las cosas que uno piensa y que a veces termina velando para negociar cotidianamente con la realidad. Es un antídoto contra la orfandad que nos generan los discursos únicos. Está cargado de una especie de existencialismo, y todo desmadrado en función de la comicidad, claro". Una de las miles de razones para celebrar la sustentabilidad del programa de Capusotto y Pedro Saborido es su modelo productivo. ¿Ocho emisiones por temporada? ¿Es suficiente? Como en un ataque insidioso de gas de la risa, la dupla filtra el tóxico y controla remotamente la operación desde algún refugio nuclear, entre las butacas húmedas del Ritz circa Woodstock y las ondas ululantes de la antena estatal. ¿Control de daños? Miles de personas mudas de la risa frente a sus pantallas. La alegría de saber que alguien está dando en la clave de la época con una forma muy precisa del delirio. ¿Ocho veces por año es suficiente? ¡Qué más querés! "No podemos dar más que eso", dice Diego. "Cada programa conlleva un trabajo bastante activo, y no nos cierra la idea de mecanizarlo para producir más y ganar más plata". Este año, la experiencia radial de Lucy en el cielo con Capusottos (Rock & Pop) le sirvió a la dupla para ganar músculo y alumbrar nuevos personajes. Y ese estado de gracia parece garantizar la continuidad del show, el año que viene por el 7. "Además -confiesa Capusotto-, a mí el programa ya me generó una especie de adicción. No lo puedo dejar". Peter trascendió por mucho su rol justiciero de espejo deformante del rock y se convirtió en uno de los mejores ciclos humorísticos de la historia de la televisión argentina. Y lo de Capusotto como actor es cada vez más serio. "Eso tiene una raíz en lo celebratorio de los encuentros con Pedro", dice él. "El nivel de actuación merma cuando te alejás de la esencia, y claramente no estamos en ese momento. Este es un momento muy afilado. Lo que prevalece es el concepto general y la desmesura de nuestras ideas".

Fuente: Rolling Stone Argentina... Gracias Totales a ellos por el aporte. CGCRecordingSA®

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