Wednesday, December 23, 2009

OMARA PORTUONDO


“El reggaetón está bueno”


Omara Portuondo


La diva de Buena Vista Social Club festeja 60 años de carrera junto a Pablo Milanés y Chico Buarque. Fue la primera cubana en recibir un Grammy en Estados Unidos. Pero prefiere vivir en la isla.

Un lujo. A los 79 años, Omara Portuondo grabó un disco con sus canciones más queridas, acompañada por algunos de los músicos con los que compartió estos 60 años de carrera. Al estilo del Cantora de Mercedes Sosa, pero más relajado y sucinto, en Gracias la diva de Buena Vista Social Club, con una orquestación acorde a la celebridad que es, se une a Chico Buarque –en una versión de “O que será” donde su canto contenido contrasta con la exuberancia del brasileño–, Pablo Milanés“Amame como soy”, en ritmo de salsa– y Jorge Drexler, que escribió la canción que da nombre al disco. El trabajo ganó el premio Grammy Latino como mejor álbum de música tropical, y Portuondo fue la primera artista cubana residente en la isla en estar presente en la ceremonia, realizada el 5 de noviembre pasado en Las Vegas.

–¿Cree que está cerca el fin del bloqueo?

No lo sé, lo anhelamos todos. El mundo entero, incluyendo a Norteamérica, está en crisis, y hace muchos años que espero que haya paz. Mira lo que pasó en Cuba ahora con el concierto que dio Juanes: se juntaron un millón y tanto de personas. Quedé ilusionada, porque eran jóvenes. Paz es una palabra tan chiquita, pero poderosa.

–¿Por qué eligió quedarse en Cuba, teniendo la oportunidad de irse?

Estoy contenta de haber tenido la posibilidad de conocer países muy lindos, pero para vivir y sentirme feliz, Cuba. El cubano es positivo, buena gente, aunque tenemos dificultades económicas. Yo me crié en una familia muy pobre, pero con riqueza de amor, donde lo primero no era la plata sino la alegría.


Portuondo nació el 29 de octubre de 1930 en La Habana. Aunque su madre pertenecía a una familia tradicional y se esperaba un casamiento con alguien de “sociedad”, escapó con un jugador de béisbol, negro. Cuando su hermana Haydée se convirtió en bailarina del famoso Club Tropicana, Omara la siguió. Más tarde se iniciaría como cantante, con el nombre artístico de Omara Brown, “La novia del Filin” (una mezcla de bossa nova y jazz).

–¿Cuál es la primera canción que recuerda?

Como a los ochos años, mis padres nos cantaban una de Matamoros: (canta) “Tú me quieres dejar / yo no quiero sufrir”... Había mucha música en la radio, cuando llegaba de la escuela, era la época de las grandes orquestas. Mi padre me cantaba “Drume negrita”, que luego yo les canté a mis hijos y ahora a mi nieta (Rossio Jiménez, con quien hace una hermosa versión a capella de “Cachita”). También me enseñaron “Veinte años”: “¿Qué te importa que te ame...?”. 


Esa canción, junto a “Silencio”, que interpretaba a dúo con el fallecido Ibrahim Ferrer, la proyectó a nivel mundial con el éxito de Buena Vista Social Club (BVSC). En realidad, fue la segunda vez que la intérprete conquistaba el mundo.
“En los años ’50 eran comunes los intercambios culturales con Europa. Teníamos conciencia de que la música cubana era buena porque se editaba allá. Mi primer disco solista lo presenté en un festival en Bulgaria. Con BVSC, estábamos esperando que se lograra nuevamente ese reconocimiento para la trova tradicional”.

–Su voz parece estar intacta, por ejemplo en “Vuela pena”.

No sé, ¿tú crees?

–Sí.

Bueno, yo también. Esa es una canción de Amaury Pérez, que hizo Bola de Nieve con estilo filin, así como ahora hacen reggaetón cantores jóvenes que me invitan: yo me siento renovada.

–¿Le gusta el reggaetón?

Está bueno y lo hacen muy bien, pero no dejan de hacer canciones tradicionales donde le siguen cantando al amor, que es muy importante para vivir.

–Las mujeres envidian su cutis sin arrugas. ¿Algún secreto?

Todo el mundo admira mi cutis: “Mira qué bien estás”, me dicen. Yo no hago nada, es la mezcla de razas, la naturaleza.


Mientras sigue presentando Gracias por el mundo, Omara grabó un bolero de Silvio Rodríguez, “Demasiado”, para la película Afinidades, que dirigen a dúo Jorge Perugorría y Vladimir Chávez, los actores de Fresa y chocolate.

–¿Qué les responde a las críticas al sistema cubano?

En todas partes del mundo hay críticas al gobierno. Yo estuve en Argentina después de Perón (a fines de los ’50). Vivía en un hotel de la calle (pronuncia la ll como ye) Lavalle y Florida. Parecía que estaban muy felices, y después para algunos argentinos, el general no era tan bueno. Ahí conocí a Troilo, que estaba muy triste porque el tango se estaba perdiendo, y era la identificación del país. Ahora tengo entendido que, por suerte, la juventud está de nuevo cantando tangos. Me llena de satisfacción, porque es el sentimiento, la sensibilidad de la gente. 


Por Martín Mazzini

Fuente: Revista Veintitres. 
Gracias Totales a ellos por el aporte. CGCRecordingSA®

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