Tuesday, September 20, 2011

Volvió"La biblia y el calefón" con Sebastián Wainraich como anfitrión

El clásico del humor creado por Jorge Guinzburg, volvió a la TV con invitados de lujo: Ricardo Darín, Natalia Oreiro, Adrián Suar y Diego Torres. 


"La biblia y el calefón", un clásico de la TV local que comandaba Jorge Guinzburg, volvió el domingo a la noche a Canal Trece con Sebastián Wainraich como anfitrión, quien salió airoso en su debut, respaldado en el buen humor de los invitados Ricardo Darín, Natalia Oreiro, Adrián Suar y Diego Torres.

Con un promedio de 13.7 puntos -se ubicó segundo en su franja y fue lo más visto del canal del barrio de Constitución- y en el marco de una moderna y azulada escenografía, la primera emisión del ciclo que Guinzburg estrenó en América (1997) y que tuvo su última versión en El Trece (2008), resultó ameno, plagado de anécdotas y complicidad entre los invitados.

El programa producido por Andrea Stivel, la viuda de Guinzburg, estrenó anoche una renovada cortina del tema compuesto e interpretado por Joaquín Sabina, quien aparece en un colorida presentación, en la que homenajea a Guinzburg cuando en un pasaje de la canción desliza "en memoria del petiso".

Sexo, las expectativas de los padres, el contrato prematrimonial y las obsesiones o manías (presentadas como "tocs") fueron algunos de los disparadores que Wainraich utilizó para guiar una charla familiar y a la vez delirante en la que el televidente pueda sentirse parte.

La ironía y el humor punzante de Darín, la complicidad entre Torres y Suar, y la embarazada Natalia Oreiro, quien dio a conocer en exclusiva el nombre que llevará su hijo, Merlín, que según contó la actriz, fue elegido por su marido Ricardo Mollo, se complotaron para generar un buen clima en el piso.

Las figuras presentes la "remaron" hasta el final entre chistes y recuerdos compartidos, y le sacaron peso a la responsabilidad que inevitablemente recaía en Wainraich, quien había sido invitado en el último programa de "La biblia y el calefón".

Darín sobresalió con su carisma: no solo se rió de sus colegas y con ellos, sino que defendió el derecho de sus hijos a no trabajar y hasta habló de la importancia de tomar una pausa en la pareja antes de que no haya retorno.

Se extrañó la tribuna que rodeaba a los invitados en el formato original, algo que fue reemplazado por los reidores, y aunque el humor primó, la silenciosa nostalgia por el recuerdo del querido Jorge Guinzburg también se hizo presente. (ElArgentino.Com)

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