Pez - Pez.
Un nuevo año, un nuevo gran disco de Pez. Parece casi una costumbre, y el peligro de las costumbres es que son cosas que uno hace casi sin darse cuenta.
Entonces, como Pez siempre está ahí, puede llegar a pasar desapercibido sin que nos demos cuenta realmente de lo bueno que es este grupo.
Su (¡atención!) duodécimo álbum, puede ser visto como una continuación del anterior, El porvenir (2009) y, quizá, también del tercero (1998), otro álbum titulado simplemente con el nombre del grupo.
Pero decir que es un regreso a los comienzos sería una simplificación. Hay espíritu punk, y también la huella de todo el camino recorrido desde entonces por Minimal y sus compadres, que incorpora la complejidad melódica y la ingenuidad lírica del primer rock nacional.
Son trece canciones en 33 minutos, bombas pequeñitas que no dan respiro salvo hacia el final, cuando el ritmo descansa y la melodía se eleva en esa "Suerte de plegaria": "Hay que comprometerse a full todos los días. y sacarse tanta mierda de encima y despertar".
La idea de renacer, de un nuevo comienzo, está presente en varias de las letras, como en "Un nuevo juego", "Y eso vale" y "¡Vamos!", donde las declaraciones de principios se mezclan con vívidos detalles que aportan la cuota de cotidianeidad ("tu entrada de Pearl Jam").
Grabado en Estudios del Abasto por Alvaro Villagra, el sonido de Pez tiene la inmediatez y densidad analógica de una banda que sigue construyendo su propio camino al costado del mundo.
Por Claudio Kleiman.
Mirá el vídeo de PEZ "Último Acto" realizado por FARSA Producciones.
Fuente: Revista Rolling de Argentina/Video: You Tube.
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